El Consejo de Europa adoptó en octubre de 1967 la Carta europea del Agua, solemnemente proclamada en Estrasburgo el 6 de mayo de 1968. Una declaración de principios para una correcta gestión del agua en 12 artículos que a continuación exponemos.
- No hay vida sin agua. Es un tesoro indispensable para la actividad humana.
- Los recursos de agua dulce no son inagotables. Es necesario conservarlos, controlarlos y, siempre que sea posible, incrementarlos.
- Contaminar el agua es dañar al hombre y a otras criaturas vivientes, las cuales dependen del agua.
- La calidad del agua debe ser mantenida en unos niveles suficientes según los correspondientes usos, en particular debe ser la adecuada para que cumpla el estándar de salud pública.
- Cuando el agua residual es devuelta al cauce, debe ser de tal forma que no impida usos posteriores.
- El mantenimiento de una adecuada cubierta vegetal, preferiblemente bosque, es imperativo para la conservación de los recursos del agua.
- Los recursos del agua deben ser inventariados.
- La economía de los recursos del agua debe ser planificada por autoridades competentes.
- La conservación del agua debe ser potencia mediante investigación científica intensiva, entrenamiento de especialistas y con servicios de información pública.
- El agua es una herencia común, valor tal que debe ser reconocido por todos. Cada cual tiene el deber de utilizar el agua tanto cuidadosamente como económicamente.
- La administración de los recursos de agua debe estar fundamentada en las cuencas naturales más que en estructuras políticas o administrativas.
- El agua no conoce fronteras; como fuente común requiere de la cooperación internacional.
Estrasburgo el 6 de mayo de 1968