Dos nuevos informes de la FAO muestran los niveles de estrés hídrico.
Dado que el volumen total de agua dulce en la Tierra es finito e inalterable, la producción alimentaria y algunas de las ciudades más grandes del mundo se enfrentan a riesgos graves, por lo que la asignación eficiente y eficaz del agua es de suma importancia, según se señala en dos nuevos informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los efectos del cambio climático ya se están dejando sentir en el abastecimiento de agua para los sistemas de producción agrícola, provocando desde inundaciones y sequías hasta un aumento de la variabilidad de las lluvias y la subida de las temperaturas, así como la competencia entre los usuarios allí donde el estrés hídrico y la escasez de agua ya son notables.
Los informes, presentados durante la Semana mundial del agua de 2021 en Estocolmo, tienen como finalidad aportar a las partes interesadas y a los encargados de formular las políticas en todo el mundo datos críticos sobre las tendencias en el aprovechamiento del agua y su disponibilidad. Tanto en Progress on change in water-use efficiency (Progresos en relación con el cambio en la eficiencia del uso del agua) como en Progress on level of water stress (Progresos en relación con el nivel de estrés hídrico) se proporciona información detallada actualizada sobre la situación mundial y la necesidad de acelerar la aplicación de medidas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 6.4.1 y 6.4.2, de los cuales la FAO es el organismo de las Naciones Unidas responsable.
«El agua es la esencia de la vida y es básica para los sistemas agroalimentarios«, señala en el prólogo el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO. «El camino a la eficiencia en el uso del agua pasa por sistemas agroalimentarios sostenibles«.
«La gestión del agua es básica para lograr los ODS, no solo el ODS 6 (agua limpia y saneamiento), sino también el ODS 2 (hambre cero)«, dijo la Sra. Maria Helena Semedo, Directora General Adjunta de la FAO. «Los desafíos relacionados con el agua en la agricultura, como la escasez, la contaminación y el desperdicio de agua, deben abordarse urgentemente para transformar los sistemas alimentarios y aumentar su resiliencia, especialmente ante las alarmantes complicaciones del cambio climático a las que nos enfrentamos«.
Centro SMART Jacana. Zambia
Los informes
En el informe de la FAO sobre el ODS 6.4.2, relativo al nivel de estrés hídrico, se evalúa el nivel de estrés por falta de agua en todas las regiones del mundo, haciendo hincapié en la necesidad urgente de crear sistemas de gestión del agua resilientes, en particular para la producción agrícola de regadío y secano.
Alrededor de un tercio de la población mundial (2 300 millones de personas) vive en países donde se sufre estrés por falta de agua, mientras que el 10 % (733 millones) lo hace en países con un nivel alto o crítico de estrés por déficit hídrico.
El aumento de las prácticas para un uso eficiente del agua en todos los sectores, particularmente el sector agrícola, que representa aproximadamente el 70 % de las extracciones mundiales de agua dulce, supone una estrategia beneficiosa para todos, que promueve mejores prácticas de gestión de la demanda de agua y se adapta a los efectos del cambio climático mediante el fortalecimiento de la resiliencia de dichos sistemas.
En el citado informe sobre el estrés hídrico se observa que alrededor de un tercio de la población mundial (2 300 millones de personas) vive en países donde se sufre estrés por falta de agua, mientras que el 10 % (733 millones) lo hace en países con un nivel alto o crítico de estrés por déficit hídrico, lo que tiene un efecto significativo en el acceso al agua y su disponibilidad para necesidades personales. Más aún, los agricultores pueden experimentar mayores desigualdades al tratar de acceder a los recursos hídricos en situaciones de estrés hídrico, lo que pone de manifiesto la necesidad de promover una gestión y una gobernanza de las distintas fuentes de agua que no solo sean sostenibles, sino también inclusivas e integradas.
El informe sobre el ODS 6.4.1, relativo al cambio en la eficiencia del uso del agua, contiene un útil índice de referencia sobre dicho tema que permite seguir las tendencias recientes -un aumento de la eficiencia del 9 % entre 2015 y 2018- y puede servir como base para introducir mejoras adicionales en años venideros. En este informe se señala el comercio como uno de los factores que podrían influir en la eficiencia del uso del agua y se destacan los intercambios virtuales de agua como soluciones prometedoras que contribuirían al esfuerzo para contabilizar el uso de los recursos hídricos de forma adecuada.
Asimismo, se hace hincapié en la necesidad de encontrar el equilibrio entre la seguridad alimentaria, el uso sostenible del agua y el crecimiento económico.
La División de Tierras y Aguas de la FAO, autora de ambos informes, participa en muchos otros proyectos en los que se aborda directamente la escasez de agua y se promueve su uso eficiente. Entre ellos figuran AQUASTAT, un sistema de información mundial sobre recursos hídricos y gestión del agua para la agricultura. Recopila, analiza y proporciona acceso gratuito a más de 180 variables e indicadores por país desde 1960. Se considera una herramienta tecnológica imprescindible para seguir aumentando la productividad de cada gota de agua.
Principales conclusiones
Entre 2015 y 2018, la eficiencia mundial del uso del agua aumentó de 17,30 USD a 18,90 USD por metro cúbico (un 9 %), con el sector industrial liderando las mejoras.
En 86 países donde se informa con regularidad sobre el uso del agua, la eficiencia en el sector agrícola aumentó un 60 % entre 2006 y 2018.
A escala mundial, en 2018 se extrajo alrededor del 18,4 % de los recursos totales de agua dulce renovables, aunque la cifra superó el 25 % en Asia central y meridional, así como en el África septentrional.
Si se mide por cuencas fluviales en lugar de países, pueden encontrarse zonas con grave estrés hídrico en muchos Estados, como Chile, China, los Estados Unidos de América, México y Sudáfrica.
Los valores de estrés hídrico extremadamente bajos pueden indicar la incapacidad de un país para utilizar correctamente sus recursos hídricos en beneficio de la población.
Los usos urbano, agrícola e industrial del agua son sumamente interdependientes y están vinculados con el crecimiento demográfico, cuestiones climáticas y las prácticas de riego. Estos factores provocaron en 2018 un corte de suministro del agua en Ciudad del Cabo, y grandes ciudades como Beijing, Londres, Mumbai o Tokio, se podrían enfrentar a crisis hídricas para 2050.
Fuente: FAO
Referencias de interés
- Unos 2100 millones de personas no tienen acceso a agua potable (Fuente: OMS/UNICEF).
- Aproximadamente, 45 millones de personas carecen de servicios de saneamiento salubles (Fuente: OMS/UNICEF).
- La escasez de agua afecta al 40 por ciento de los habitantes del planeta (Fuente: OMS).
- El 90 por ciento de los desastres naturales están relacionados con el agua (Fuente: UNISDR).
- El 80 por ciento de las aguas residuales vuelven a los ecosistemas sin haber sido tratadas o reutilizadas (Fuente: UNESCO).
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